Autor: José Saramago.
Saramago es realmente bueno. La idea de que la muerte decida dejar de trabajar es fantástica. El detalle con que describe las situaciones, los diálogos y esa forma de concatenar unas ideas con otras no dejan de maravillar.
En realidad me pareció que son casi dos novelas diferentes, como lo que pasa con Don Quijote que tiene novelas cortas incorporadas. En este caso la primera parte es una novela general sobre el país y lo que ocurre cuando la gente no puede morir, aunque eso no asegure que haya salud para siempre. Cuando las personas empiezan a quedar en coma, vegetales y otras condiciones, la crisis es mayúscula. La muerte se conduele y empieza a trabajar de nuevo, pero con preaviso de una semana.
Luego, se narra otra novela totalmente diferente, personal, con prácticamente dos protagonistas principales, la muerte (así, con minúscula) y un violoncelista que no recibió su aviso y ahora a trastocado a la muerte y su trabajo.
Es realmente intensa la situación, y el ambiente que logra crear Saramago es único.
Me gustó, lo disfruté, quizás me pareció un poco extraño el cierre que no vincula una novela con la otra, pero de igual manera es otro gran trabajo del portugués.
Por cierto, como casi todos los últimos este también salió de la biblioteca de Arica.
8/10 bueno sin que vaya a llegar a releerlo.
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