Una venezolana interesante y cabal la acción de doña Mercedes abarcó muchos ámbitos. No fue política de profesión, aunque la política permeó su vida al punto que llegó a ser la primera mujer en ser nombrada ministra en el país, y luego sería Senadora.
Pero lo que la hizo memorable y querida fue su permanente lucha por la reivindicación de la mujer y de la familia. Creía en la educación para la superación social. Apoyó acciones de la sociedad civil como el Sistema de Orquestas, los Criollitos, y llegó a presidir el Consejo Nacional de la Asociación de Scouts de Venezuela (allí la conocí).
Su acción educadora alcanzó las universidades, y nadie que yo haya conocido ha denigrado de ninguna forma de su labor y el alcance de su acción.
Una mujer ejemplar, a quien alguna vez escuché decir: “El espíritu quiere, pero el carapacho ya no ayuda” cuando los años empezaron a pasar factura y su titánica actividad comenzó a disminuir. Dejó una huella positiva, y gratos recuerdos en quienes la conocieron.
