Anteayer Miguel se paró frente a la pared de su cuarto, lo miró, vió una pequeña mancha y me dijo, con cara de cirscunspecto:
- Le dije a Eva que no me ensuciara mi cuarto.
Me dió mucha risa la vaina.
sábado, 15 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)